Tu corbata por mis tacones

Tu corbata por mis tacones

“La prueba para saber si puedes hacer un trabajo o no, no debería depender de la organización de tus cromosomas” (Bella Abzug).

Como cada año, el 8 de marzo se conmemora el día internacional de la mujer. Día que debería ser sólo conmemorativo, y no reivindicativo porque, aunque hemos superado mucho, las desigualdades por razón de sexo aún existen. Y como no podía ser menos, con esta reflexión pretendo aportar un granito de arena en esta lucha de las mujeres por conseguir la igualdad en derechos y oportunidades. Por ello, este post se titula “tu corbata por mis tacones”, frase que le dije a un alto ejecutivo cuando me cuestionó como directiva hace ya unos cuántos años.

En aquella reunión de trabajo, sólo éramos dos mujeres al frente del departamento de recursos humanos, de un total de seis empresarios. Básicamente no podían creer que una mujer pudiera gestionar de forma tan eficaz todo el departamento sin supervisión masculina, puesto que “las mujeres tenéis más cargas familiares y eso os hace estar menos pendientes del trabajo”. Nos estaban discriminando por el simple hecho de ser mujeres. Ante esta situación, contesté casi sin pensar, “tu corbata por mis tacones, si tú eres capaz de realizar tus funciones laborales con corbata, prueba e intenta cumplirlas con mis tacones, porque creo que cargas familiares tenemos todos, aunque si la corbata tiene algún poder liberador te aseguro que yo me la pongo para estar al 100% en el trabajo…”. Fue una de las reuniones más tensas que he vivido, un pulso que gané en ese intento de boicotear mi desempeño como jefa de personal.

Seguramente como mujer, habrás sufrido algún episodio parecido de discriminación laboral. Discriminaciones sutiles, en algunos casos y otras más claras que el agua. La igualdad laboral entre hombres y mujeres crece, eso es cierto, pero España sigue estando por debajo de la media europea en cuanto a la participación de la mujer en altos puestos directivos, siendo la presencia varonil la predominante. De la misma forma que la igualdad salarial continúa como una de las grandes diferencias entre hombres y mujeres.

[lsvr_image_vc image=»1156″]

Y el gran reto al que nos enfrentamos es erradicar la violencia de género. No quiero hablar de estadísticas, porque no son números, son vidas de mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Cada una, con una historia detrás, y esto se merece un post entero. Un gran vacío que llenar con educación en igualdad y con valores de equidad, porque amar no debe costar la vida. El amor nunca lastima, se disfruta cuando hay, y se acepta cuando te dejan de querer por mucho que te duela. El paso del hombre es abandonar el querer dominar y controlar a la mujer, y abrazarse al respeto por ella como igual que es.

Durante seis años como directora de recursos humanos tuve varias experiencias significativas, todas relacionadas con la discriminación por ser mujer. Costaba ver a una mujer joven, de 27 años como directiva, ya que siempre esperaban que fuera un hombre quien ocupara dicho puesto. Solían confundir mi nombre alemán femenino (Johanna), con nombre alemán masculino (Johannes).

Anécdotas aparte, diré que la igualdad y la equidad de género es algo que tenemos que seguir trabajando y, sobre todo, educando en ello. Aún recuerdo la cara de desconcierto y de sorpresa de mi antiguo jefe, cuando en un proceso de selección de la cadena hotelera, seleccione a un chico de 19 años para un puesto de “camareras de piso”. Aquel chaval se había presentado para un puesto de “camarero de restaurante”, pero no daba el perfil. Sin embargo, sus ganas y su necesidad por trabajar en lo que fuera, me hicieron contratarle para el otro puesto. Las palabras de mi jefe fueron, “y este chico va a saber limpiar bien las habitaciones …”, a lo que respondí “con dos manos y productos de limpieza adecuados, todos limpiamos la mar de bien”.

[lsvr_image_vc image=»1157″]

Y es que todavía hay quienes piensan y creen que hay “trabajos de hombres y trabajos de mujeres”, lo que nos atrasa en nuestra lucha por la igualdad. Solo cuando seamos capaces de valorar a la persona por sus competencias profesionales para un puesto, sin tener en cuenta si es hombre o mujer, estaremos avanzando en este sentido.

Cuestiones como la maternidad, y la conciliación de la vida familiar y laboral son puntos en los que nos queda mucho por hacer. ¿Por qué razón se sigue pensando qué la mujer debe tener más responsabilidad y compromiso en estos temas? ¿Acaso no puede el hombre ejercer su derecho a la paternidad, para darle el biberón a su hij@? ¿A quién suelen llamar cuando tu hij@ se pone enferm@ en clase? ¿Por qué tiene que ser la madre-mujer quién recoja y deje su trabajo para atender y cuidar al hij@? Lo dicho, falta conciencia de igualdad en muchos ámbitos.

La diferencia en el salario profesional entre hombre y mujer ante un mismo puesto de trabajo, es injustificable, incomprensible, humillante e indignante.  Como mujeres no somos menos que los hombres, ni tampoco más. Iguales y diferentes, que contradicción parece. La realidad es que somos seres humanos, personas, hombre o mujer, iguales en capacidades, derechos, obligaciones y oportunidades, y diferentes a la hora de sentir, en la manera de hacer las cosas, y en nuestras necesidades.

Hombres y mujeres, que con corbata o con tacones podemos realizar el mismo trabajo en igualdad de condiciones, cada un@ con sus características y con sus circunstancias personales. Patrones de vida que han cambiado, que requiere de tod@s nosotr@s un esfuerzo por adaptarnos y evolucionar para vivir en la libertad y en la igualdad, respetando nuestras diferencias.

“Igualdad para la mujer es progreso para todos (Ban Ki-moon).

Escribí este articulo para La Nueva Ruta del Empleo (Marzo 2016)

mujer_no_pompa

MUJER, NO POMPA DE JABÓN

MUJER, NO POMPA DE JABÓN

Hoy cumplimos un año de vida. Un año en el que seguimos luchando con ilusión en este proyecto para mejorar el bienestar de la mujer. Solo necesitamos que quieras despertar y descubrir todo tu potencial. Así que, bienvenidas de nuevo a este rincón para nosotras, en el que puedes encontrar respuesta a tus anhelos, en el que comprendes un poco más de ti misma y en el que aprendes a trabajar tu autoestima. Y antes de que se me olvide, felicidades por ser mujer.

Despierta Afrodita ha trabajado duro este año, participando en eventos en defensa por la igualdad, y realizando talleres para optimizar la autoestima femenina. Hemos desplegado las alas, pero aún nos falta batir las alas para poder volar y avanzar. Por eso seguimos compartiendo historias que nos acercan a todas, reflexiones que nos hacen abrir los ojos, y cuentos que nos invitan a materializar la vida que realmente queremos, esa vida que nos merecemos, y que puedes conseguir si despiertas y crees en ti.

Seguro que algún día, mientras ibas paseando por el centro de tu ciudad habrás observado a alguien haciendo pompas de jabón gigantes en mitad de la calle, dejando embelesado al público que los miraba. Es un espectáculo artístico de moda, que tiene una mezcla de entretenimiento y de arte, porque ver las burbujas flotar en el aire, mientras otras se revientan con el simple contacto con alguna superficie, es un placer que nos deja a todos encantados. Hace poco yo misma, estuve presente en uno de estos espectáculos, y pude comprobar la belleza tan fascinante y a la vez tan efímera del vuelo de las pompas de jabón. Y de esta experiencia, surgió la idea de la historia que ahora te cuento.

[lsvr_image_vc image=»972″]

Esta es la historia de una mujer cualquiera, que vive en este mundo llamado tierra. Cuando nació le pusieron el rosa por bandera, y la mecían para que soñara con ser princesa. Entre cuentos de hadas y príncipes azules crecía mientras iba a la escuela vestida de forma coqueta y con lazos que adornaban su bonita melena. En los recreos a jugar con muñecas y a la comba como las niñas buenas. Había que cuidar que siempre estuviera perfecta, con la ropa limpia y peinada de la forma correcta. Desde pequeña apuntada a clases danza, aunque el kárate fuera una de sus preferencias.

Ya de adolescente con las amigas quedaba a horas prudentes, mientras su hermano no tenía hora de llegada. Empezaba en esta etapa, la ITV de su cuerpo frente al espejo, porque si quería estar bella tenía que estar delgada, ya que en las “gorditas” los chicos no se fijaban. De punta en blanco y siempre arreglada para aparentar que era la chica ideal a la que todos quieren enamorar. Le aconsejaban que forzara la sonrisa, aunque no la sintiera, y que las penas era mejor esconderlas. No debía prestar atención a sus fortalezas, puesto que al ser chica era débil por naturaleza.

[lsvr_image_vc image=»973″]

Los años pasaban y la niña se convirtió en mujer. Quiso ser bombero, pero le dijeron que le iba más ser maestra. Que se dejará de muchos hombres, y se esforzará por conseguir un buen novio, para no convertirse en una vieja solterona. Que llegaría el día para casarse, y centrarse así en su marido. Las tareas del hogar y su trabajo le iban a absorber el tiempo, y pasar un rato con las amigas, carecería de importancia, ya que en casa ya lo tendría todo.

La cosa se complicaría un poco cuando el instinto maternal llamará a su puerta, porque al ser madre, entre el marido y los hij@s que tendría que cuidar, el trabajo debería dejar. Y es en ese momento cuando las ITV del cuerpo se harían más intensas, ( la ITV es la inspección técnica que se le hace a los coches para acreditar que pueden circular sin ningún problema, pues nosotras nos hacemos esa inspección técnica del cuerpo frente al espejo, para chequear en qué condiciones lo tenemos constantemente). En esta parte de la vida, lo más importante sería  mantener a su marido contento, y si por casualidad la engañaba, debería  mirar a otro lado, y quedarse callada, para que nadie supiera que estaba pasando por una situación delicada.

Y en este mar de suposiciones de lo que podría ser su vida, se detuvo un instante, se imaginó en esa rutina de casi sin respirar, de momentos de agonía, de llorar a solas por sentirse vacía, viviendo una vida que en realidad no quería. Porque ese mundo de apariencias, exige que seas una mujer “perfecta” de cara a la galería, pero amargada en lo más profundo de su corazón. De ser una mujer metida en una burbuja, a la que hay que proteger, pero que todos pueden dañar, como las pompas de jabón que flotan en el aire. Todos admiramos su belleza, y todos podemos destruirlas con un solo chasquido, porque se evaporan fácilmente. Por eso no te equivoques, no eres una pompa de jabón.

[lsvr_image_vc image=»975″]

En nuestra historia ella era una mujer que tomaba decisiones, que  experimentaba ser mujer en toda su plenitud, y practicaba el amor hacía sí misma. Ahora apaga fuegos siendo bombero, se arregla cuando tiene ganas, a veces va en chándal y otras conjuntada, porque con cualquier trapo que lleve encima, ella se siente guapa. Cuando se mira al espejo, se echa piropos y se guiña un ojo, porque sigue siendo preciosa hasta con kilos de más, y sin maquillaje en la cara. No depende de nadie más que de sí misma, y sueña todos los días con hacer las cosas que le motivan. Sin miedo a mostrarse tal y como es, con lo que siente, cómo y cuándo lo siente, explora y afronta sus sentimientos, porque ya sea sola o con pareja, es feliz.  Se va de viaje con las amigas, y deja al marido cuidando de l@s niñ@s, porque en casa ambos hacen la colada, y los dos trabajan. Su prioridad es ella misma, y quererse forma parte de su rutina. Se hizo fuerte, y sabe que el poder reside en ella para cambiar aquello que no le gusta. No vive de las apariencias y se siente libre. Aprende y se equivoca, porque los fracasos no existen. Disfruta de su mundo, apuesta por sus sueños, y está convencida que la verdadera belleza es esa que se transmite con la mirada.

Eres mujer, no pompa de jabón. Es nuestra lucha por la igualdad en derechos y oportunidades, la que nos hace fuertes. Recuerda que la magia para cambiar el rumbo de las cosas está en nuestro interior.

[lsvr_testimonial source=»- Emma Watson»]»Quiero ser la persona que se siente muy bien en su cuerpo y que pueda decir que lo ama sin cambiar nada»[/lsvr_testimonial]

Eres mujer y tienes poder!

Eres mujer y tienes poder!

Bienvenid@s

Hoy 8 de marzo de 2015, en conmemoración con el día internacional de la mujer, Despierta Afrodita despliega sus alas. Un proyecto en el que he volcado mucha ilusión, mucho amor, y mucho esfuerzo. No podía ser de otra manera, un proyecto pensado por y para mujeres, tenía que ver la luz en este día. ¿Por qué? Porque es nuestro día, un día en el que se celebra la lucha de la mujer por participar en la sociedad en igualdad de derechos con el hombre.

¿Que hemos logrado avances? Sí, claro. Gracias a la determinación de mujeres que han tenido un papel primordial en la historia para cambiar las cosas, mujeres decididas con valentía y coraje para defender los derechos, que hoy muchas de nosotras disfrutamos. Mujeres como Cleopatra que fue una de las soberanas con más poder de la antigüedad, Juana de Arco que dirigió al ejército galo durante el reinado de Carlos VII, Marie Curie científica que obtuvo dos premios Nobel, Indira Ghandi una brillante política, Clara Campoamor que logró en España que la mujer ejerciera por primera vez su derecho al voto en 1933,  Eva Perón que promovió los derechos de los trabajadores y de la mujer en Argentina, Federica Montseny, la primera mujer ministra durante la II República española, o Benazir Bhutto, la primera primer ministro en un país musulmán, Pakistán.

Podría seguir enumerando un listado de mujeres que desafiaron las normas, y desataron nudos, muchas de ellas se impusieron y lograron su objetivo, otras desgraciadamente lo pagaron con su vida. Y aunque hemos conseguido mucho, no nos olvidemos que todavía hay muchas partes del mundo donde la mujer es discriminada, maltratada, ultrajada, por el simple hecho de ser mujer.

Por lo tanto, nos queda mucho por hacer, mucho camino que recorrer para conseguir que efectivamente la igualdad sea una realidad total. Mientras siga habiendo mujeres a las que lapidan, a las que torturan, a las que mutilan, a las que matan, a las que violan, a las que usan como un mero trapo, tenemos que seguir luchando por defender nuestro desarrollo íntegro como personas, como seres humanos que participamos libremente en la sociedad. Pueden tildar esto de feminismo, cosa que no es, puesto que lo que defiendo es la igualdad real en derechos, y la equidad de género. Igualdad a la hora de acceder a un trabajo, igualdad para cobrar el mismo salario en un mismo puesto, igualdad para ejercer la maternidad y la paternidad, igualdad de oportunidades, igualdad para tomar decisiones, igualdad para participar en la política, igualdad para la educación, simplemente IGUALDAD.

Me entristece ver a diario mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas, mujeres discriminadas que son maltratadas y que sufren en silencio vejaciones y un trato discriminatorio, mientras otros miran a otro lado. Estamos hablando de mujeres a las que les han quitado la vida,  la VIDA, el derecho fundamental de cualquier ser humano. La violencia de género es una lacra en nuestra sociedad que hay que erradicar, poniendo hincapié en la educación en valores de igualdad y respeto.  Tomar en serio la defensa de la igualdad creo que es papel que nos toca jugar hoy como mujeres.

Hombres y mujeres siempre seremos diferentes, y benditas diferencias que enriquecen nuestras relaciones interpersonales, pero nadie es superior a nadie, por eso apuesto y reivindico la igualdad en derechos y obligaciones, sin violencia y sin discriminación alguna.

Te invito a la reflexión, para que nadie te diga cuándo puedes hablar, qué tienes que hacer, cómo has de vestirte, o con quién puedes salir. Que nadie te humille. Que nadie te diga cómo tienes que vivir tu vida, porque nadie, créeme puede respirar por ti.

Es por ello por lo que hoy, te felicito, es nuestro día, el día de la mujer. Despierta Afrodita tiene como objetivo fundamental dotar a la mujer de PODER. Es un proyecto terapéutico para optimizar tu bienestar personal, fortalecer tu autoestima, facilitar la expresión de emociones, y despertar tu sensualidad. Eres mujer, y tienes poder para cambiar tu vida, para tomar tus decisiones, para empezar a quererte y valorarte, para ser feliz y vivir tus sueños. No quieras ser princesa, porque no necesitas ser rescatada, no seas la víctima, no eres el sexo débil, eres una mujer fuerte y luchadora, con poder para hacer y deshacer tu plan de vida. Recuerda eres una diosa.

Haz de tu vida una victoria, es el momento de que te la juegues, así que, Despierta Afrodita.